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Y arrojando las monedas de plata en el santuario(A), Judas se marchó; y fue y se ahorcó(B). Los principales sacerdotes tomaron las monedas de plata, y dijeron: «No es lícito ponerlas en el tesoro del templo, puesto que es precio de sangre». Y después de discutirlo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para sepultura de los extranjeros.

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